Gracias. De corazón, gracias. El jueves 13 de julio, a las doce en punto de la mañana, estábamos los primeros para entrar en el recinto de las Barracas, en la Rochapea. Ambiente muy tranquilo, brisa fresca y silencio, sobre todo silencio. Crucé mi mirada con varias familias, que sin hablar nos reconocimos al instante: nos acompañaban nuestros hijos e hijas con autismo. El Ayuntamiento de Pamplona y la Casa de la Misericordia, en colaboración con los empresarios feriantes e impulsado por ANA, la Asociación Navarra de Autismo, habían accedido a poner en marcha dos jornadas de accesibilidad para personas con trastorno del espectro del autismo (TEA).

Fuimos con nuestro hijo sin muchas ganas, porque nuestras experiencias en recinto con mucha gente y gran estimulación sensorial son siempre traumáticas y el estrés que vivimos ese rato nos acompaña luego todo el día. A menudo no nos merece la pena, el sufrimiento es demasiado grande, pero esto nos hace renunciar a casi todos los actos o eventos donde nuestras personas con autismo, a poco que el organizador se esforzara, sí podrían ir y disfrutar, como sus iguales. El martes 11 y el jueves 13 de julio, durante dos horas, el recinto ferial no emitió música, ni sonaron alarmas, bocinas o similar. Fue un remanso de paz. Un volver a ilusionarnos. Un recuperar la esperanza. Un gracias enorme que me salió del alma. No solo nosotros lo disfrutamos. El comentario era general. Qué gozada este ratico de paz en familia.

Desde 2012 venimos solicitando accesibilidad para las personas con autismo. Entre otras iniciativas, la señalización con pictogramas, el Programa adaptado de fiestas o unas horas sin ruido. El año pasado conseguimos, con la colaboración del Ayuntamiento de Pamplona, un Programa de fiestas de San Fermín adaptado a pictogramas. Y este año, por fin, un ratico de recinto ferial sin ruido, porque en la propia licitación dirigida a los feriantes se incluía este requisito. Gracias de verdad por hacerlo posible y espero que la clase política y la sociedad sigan abiertos a estas iniciativas de accesibilidad e inclusión.

¡Ya falta menos para San Fermín 2024!