A falta de 2 días para la celebración de las elecciones generales, pareciera que este país está en una lucha sin cuartel desde que comenzó la precampaña, allá por el 29 de mayo, un día después de las elecciones municipales y autonómicas.

Los mítines proliferan por todo el país y los y las candidatas se afanan en contarnos “todo lo hecho" y lo que nos proponen “para hacer...”. Muy pocos partidos hacen autocrítica y todos piden el voto prometiendo lo que luego no van a poder realizar.

La derecha parece que se salta todas las líneas rojas que antes había dicho que no lo iba a hacer (véase Extremadura, Valencia, Baleares y posiblemente Murcia), y la izquierda, entre el PSOE y Sumar, andan como muy deprisa intentando acaparar esos 28/30 escaños de indecisos que posiblemente puedan decantar la balanza hacia la victoria de la izquierda o de la derecha, con Vox.

Al parecer, las encuestas e intención de voto son favorables al PSOE, pero no hay que confiar estos asuntos tan cruciales ni a la suerte ni al azar, solo al trabajo serio, responsable y honrado de aquellos que (sobre todo) lo que quieren es el bienestar y el progreso de la gente sencilla, humilde y trabajadora de este país; los ricos, los grandes empresarios y grandes bancos ya lo tienen todo hecho, pero el 90% de los mortales sufrimos las consecuencias del alza de los precios, del trabajo precario, de las pensiones de viudedad, del paro entre los 45 y 60 años de edad, etcétera, y esa brecha y esa injusticia social solo la pueden paliar y mejorar las gentes de la izquierda transformadora porque la derecha y la ultraderecha ya nos han avisado de lo que van a hacer.

*Exconcejal de IU y jubilado de Renfe.