Mucho se está hablando del nuevo reglamento de jornadas, horarios y retribuciones de Policía Foral. Algo que debería haber sido noticia el 1 de enero de 2019, fecha en la que el Gobierno de Navarra tenía (por imperativo legal) que haberlo aprobado. Pero han sido más de cuatro años de espera, de trabajo, reuniones, negociaciones, encuentros y desencuentros para lograr su aprobación. Durante este tiempo, los medios de comunicación se han hecho eco de las reivindicaciones quienes formamos parte de este cuerpo policial tan singular como es la Policía Foral de Navarra. Hemos trabajado mucho desde el ámbito sindical (y desde el movimiento asindical) para lograr este primer reglamento, que desarrolla la Ley Foral 23/2018 de Policías de Navarra. No es un texto ideal, basta con ver que le acompaña una valoración de puestos de trabajo que nace con errores que deben corregirse, pero es un avance importante. Pero precisamente eso es lo que es: el primero de más de quince desarrollos pendientes que conlleva esta ley. Porque a este reglamento deben seguirle el de segunda actividad (tenemos un colectivo con una media de edad alta), formación, provisión de puestos de trabajo, estructura y organización, indemnidad, permutas, uniformidad, distintivos, honores y recompensas, personal funcionario en prácticas, carrera profesional… Todos estos conceptos debían estar ya reglamentados.

Nos espera por delante una legislatura con mucho (muchísimo) trabajo. Desde la Agrupación Profesional de Policía Foral (APF) mostramos toda nuestra disposición a colaborar en el desarrollo de esta Ley de Policías en la que hemos creído desde el principio, desde que comenzamos a impulsarla. Esperamos que el Gobierno de Navarra esté a la altura del reto y dedique los esfuerzos necesarios a terminar lo que hace tiempo tenía que estar aprobado.

*El autor es presidente de la Agrupación Profesional de Policía Foral