Esa es la base del proyecto Vivir mejor en casa, que busca que las personas mayores salgan de instituciones para regresar a su hogar.

El estudio fue realizado en las dos residencias públicas de Navarra: El Vergel de Pamplona y Santo Domingo de Estella.

Desconozco la ubicación y la realidad de esta primera residencia. Sí conozco la ubicación de Santo Domingo, porque vivo en la ciudad donde está ubicada. Los residentes de esta institución viven alejados del que fue su entorno social, porque está alejada del centro neurálgico de la ciudad.

No así la otra residencia que hay en Estella-Lizarra, San Jerónimo, que se encuentra en una ubicación más acorde para que los residentes se sigan relacionando con la gente conocida, se encuentra muy cerca de los dos paseos frecuentados por la gente de Estella-Lizarra, Los Llanos y Valdelobos, y además organizan diversas actividades para los residentes. Tienen un centro de día y el centro de jubilados está a pocos metros. Viven integrados en la comunidad.

Hay que tener en cuenta que si la familia tomó en su día esa decisión es porque no les podían atender debidamente en casa o no tenían a nadie. Los cuidados de las personas mayores son los siete días de la semana, y en algunos casos las 24 horas del día. Los recursos como ayuda a domicilio es para algunas horas, y los centros de día y demás servicios, de lunes a viernes. Ahora que llega diciembre, mes de muchos festivos, se quedan solos, sin atención ni ayuda si viven en su domicilio.

En mi familia nos ha tocado mucho cuidar a mi abuela, con demencia senil. Cuando yo tenía 14 años y no se le podía dejar sola, no había residencias, ni centros de día, ni pañales.

Mi padre cuando tenía 23 años sufrió un ictus, dos meses de hospital y cinco años dependiente, y a mi madre los dos últimos años, dependiente. Con estos últimos tuvo que hipotecar su vida mi hermano, que había estudiado Ingeniería Técnica Electrónica y que nunca pudo ejercer como tal. Cambió su profesión por la de cuidador. Hoy día pocas personas lo hacen y terminan estresadas, la mayoría son mujeres ya de una edad, si son de la familia, o mujeres extranjeras que los fines de semana tienen que tener libre.

Vamos, que todo sobre el papel es muy bonito, pero la realidad es otra.