En respuesta a la carta publicada el 3 de diciembre titulada: Arantzadi: Yo bajo todos los días al parque con mi mascota y no he tenido ningún problema.

Este ciudadano respondía a dos cartas publicadas en días anteriores, en las que un corredor y una mamá de un niño se quejaban de que algunos dueños lleven a sus perros sueltos por Arantzadi.

Personalmente, estoy muy cansada y frustrada con la falta de civismo y empatía generalizadas respecto a cuestiones que nos afectan a la comunidad. Porque vivimos en comunidad, y a veces hay que dejar a un lado el interés personal (el mío o el de mi perro) y tener una visión más general. El autor de la carta aseguraba que “yo no he tenido ningún problema” con perros sueltos. Pero la realidad es que muchas ciudadanas sí tienen un problema con los perros sueltos. Y lo hemos tenido durante años. A esto se deben las cartas recientemente publicadas por este periódico. Porque algunos dueños de perros los llevan sueltos a pesar de que está prohibido; y porque la Policía Municipal no toma las medidas suficientes (vigilancia y multas, que evitarían este problema de convivencia).

Volviendo a la carta mencionada, su autor explicaba que generalmente los dueños de perros que pasean por Arantzadi lo hacen por la zona inundable. Además, se quejaba de que “en Arantzadi no puedan pasear personas y mascotas juntas sin molestarse unos a otros”, tal y como sí lo pueden hacer en los fosos de la Ciudadela. Me gustaría responder a estas dos cuestiones:

- Paseé por Arantzadi hace un par de meses (y decidí no volver), y no fui por la zona inundable. Me crucé con unos cuantos perros sueltos en poco rato. Me sentí incómoda e insegura, ya que algunos de esos perros iban bastante alejados de sus dueños. Esto es una realidad, nos guste o no. Se incumple la normativa y la Policía Municipal no hace lo suficiente a este respecto.

- En Iruña los perros solo pueden ir sueltos en las zonas de esparcimiento canino. La mayoría son cerradas, aunque hay algunas ZEC semiabiertas y abiertas, como lo son los fosos de la Ciudadela. Arantzadi, nos guste o no, no es una ZEC.

Todas sabemos que las ZEC no son lugares idóneos para la mayoría de perros. ¡Afortunados los perros que viven en casas con terreno o en el campo! En la ciudad, la mayoría vivimos en pisos y no tenemos chalet con jardín propio. Y, a pesar de todo, muchas personas eligen tener perro, aun sabiendo que las ZEC son los únicos lugares donde van a poder llevarlo, a no ser que lo lleven al monte. Está claro que es responsabilidad de cada ciudadano asumir las consecuencias de tener un perro en la ciudad.

El problema que hay en Iruña con los perros sueltos es que algunos dueños (que no la mayoría) no aceptan la normativa de que los perros solo pueden ir sueltos en las ZEC, y deciden no cumplir con la misma.

Resumiendo: si hay perros sueltos por Arantzadi (o por el paseo del río por Sanduzelai, por poner otro ejemplo) esto se debe a que esos dueños no tienen miedo a ser multados. Todas sabemos que no se ven policías municipales poniendo multas por la zona. No hay tal efecto disuasorio. Por eso, esos dueños de perros siguen haciendo lo que consideran que es su derecho, a pesar de que no lo es. Por eso, y por una falta total de civismo, claro está.

La carta aludida termina diciendo que “debemos convivir y podemos hacerlo todos respetándonos mutuamente”. Me gustaría terminar la mía añadiendo que para ello es necesario respetar unas normas de convivencia. Y esto supone respetar la normativa vigente respecto a los perros, nos guste más o menos, nos convenga más o menos. También me gustaría pedir a la Policía Municipal que se tomen medidas al respecto. Este problema de convivencia lleva muchos años y no se va a resolver con cartas al director.