Unos datos para tener una perspectiva de lo ocurrido. El día 13 de noviembre, a petición del parlamentario Adolfo Araiz, compareció el consejero del Gobierno navarro J.M. Ayerdi, quien explicó que los residuos que llegaban desde el complejo ambiental de Gipuzkoa, donde se ubica la incineradora, eran líquidos en vez de ser lodos como estipulaba el contrato. Este hecho contravenía lo estipulado en el contrato firmado entre la empresa Navarra Ecofert Sansoain y la incineradora de Zubieta. En menos de 24 horas el diputado de Medio Ambiente de Gipuzkoa Asensio compareció para decir que todo había sido correcto. Es evidente, como ya he explicado, que al enviar líquido en vez de lodo había habido un incumplimiento de contrato tanto por el emisor guipuzcoano como por la empresa receptora.

Para que la gente pueda entender este incumplimiento en el contrato explico lo siguiente. El diputado Asensio es la persona que cuando en el mes de mayo del 2020 se vertieron aguas contaminadas por parte de la incineradora al arroyo de Arkaitzerreka que arruinó la fauna del arroyo y mató 15 ovejas, intentó ocultarlo. Recordemos que por este asunto está imputado. O cuando se tiñeron de marrón las aguas del mismo arroyo se atrevió a decir que no era un vertido de la incineradora, cuando era una filtración emanada de la incineradora. Entendido el doble lenguaje de Asensio, y conocido el juego sucio de algunas empresas con los residuos, ya sea la que gestionó Zaldibar bajo la nefasta supervisión del Gobierno vasco, o la que mal gestionaba los residuos en Funes bajo supervisión del Gobierno navarro, no me extraña la manera mafiosa de actuar de la empresa Navarra Ecofert, pues de sobra sabían que por ser líquido el residuo se estaba produciendo un incumplimiento de contrato. Además dichos lixiviados los mezclaban con otros lixiviados resultando la mezcla de ambos tóxica. Posteriormente esta empresa utilizaba los lixiviados para hacer compost con el descontrol del Gobierno de Navarra, primero por no detectar la anomalía en inspección rutinaria y después por haber permitido la entrada en Navarra durante casi dos años de estos residuos líquidos ilegales.