Quiero expresar mi profunda preocupación por un asunto que afecta a muchos ciudadanos, especialmente a aquellos con movilidad reducida. El pasado 16 de febrero, mientras esperaba la villavesa línea 18, junto al Instituto de Zizur Mayor, me encontré con una situación preocupante: el autobús que llegó no tenía la rampa en funcionamiento, y tampoco disponía de una rampa manual. Este vehículo en particular era el número 290.

Ese día mi objetivo era llegar puntualmente a una cita de rehabilitación en el Hospital Virgen del Camino cuya duración es de media hora. Debido a la demora causada por la falta de accesibilidad en el transporte público, llegué 15 minutos tarde y mi sesión de rehabilitación se redujo a tan solo 15 minutos. Ante mi malestar, llamé a la Mancomunidad para presentar mi queja. Les solicité que debían de retirar ese coche para arreglarlo ya que cabía la posibilidad que a mi regreso a Zizur volviera a pasar el mismo autobús. Mi indignación creció al recibir la respuesta de la Mancomunidad, argumentando que no retirarían un autobús solo por una falta en la rampa.

Aún fue mayor mi indignación anteayer cuando intenté coger la línea 18 en la parada de conde Oliveto y, para mi sorpresa, era el mismo coche y el chófer me dijo que no podía subir porque hacía varios días que no funcionaba y no la habían arreglado. Por tanto mi petición del día 16 de febrero había sido en vano.

Yo me hago esta pregunta: si hubiera sido la puerta de entrada la que presentara problemas, ¿retirarían el bus de circulación? Es inaceptable que los derechos de las personas que utilizamos sillas de ruedas no sean considerados con la misma seriedad que los de otros ciudadanos.

No descarto la posibilidad de tomar medidas más drásticas, como las que se han llevado a cabo en otras ciudades, como colocarme frente al autobús en señal de protesta. Lamento la incomodidad que esto pueda causar a otros usuarios, pero también lamento la falta de solidaridad que experimenté cuando todos subían al autobús excepto yo.

En aras de evitar situaciones similares en el futuro, exijo que los autobuses que no estén en condiciones óptimas no salgan de las cocheras. La accesibilidad es un derecho fundamental, y es responsabilidad de las autoridades garantizar que todos los ciudadanos puedan utilizar el transporte público sin obstáculos.