Afirma Feijóo, con naturalidad y sin sonrojarse, que “si se concentra el voto en el PP, frenamos al independentismo”. Es de chiste. ¡Si el PP es una fábrica de independentistas! Vamos con los datos:

Con el Estatut de Catalunya en vigor, solo un 14% se declaraba secesionista. Tras presentar el PP el recurso de inconstitucionalidad, subió hasta el 26 %. Cuando en 2010 un Tribunal Constitucional politizado hasta la médula recortó el Estatut, aprobado por el Parlament y sancionado por las Cortes Generales, se dio el pistoletazo de salida para el estallido de la burbuja separatista que alcanzó en poco tiempo el 48%. Con la convivencia quebrada, tras el referéndum del 1-O sobrepasó el 50%. Ahora, con los indultos y las medidas del Gobierno progresista para la conciliación y desjudicialización de la política los independentistas están en caída libre y por debajo del 39%. El ambiente en Cataluña es más respirable.

Con esto queda patente la ineptitud del PP para frenar el independentismo, y demuestra la habilidad que tiene para crispar la convivencia y fabricar independentistas.