Síguenos en redes sociales:

La pequeña familia, ¿dónde queda?

La pequeña familia, ¿dónde queda?PIXABAY

Llevo cerca de veinte años trabajando en una escuela infantil, mi escuela, nuestra escuela, porque así es como la sentimos. Todos los días vengo llena de ilusión y cariño a trabajar. Por la puerta entra Enea, en los brazos de su querida amatxo (en diciembre cumplirá 2 añitos), tiene pereza, está llorando y dice que no se quiere quedar, se abraza fuerte a su ama y llora, llora mucho…. Su amatxo, dentro de todo su dolor y malestar, nos cuenta que ayer no pudieron estar con su hija, el aita y la ama trabajaban de tarde, por ello Enea tuvo que pasar la tarde con los abuelos. Tras un largo rato Enea por fin se echa a mis brazos, la abrazo, le doy tiempo para que pueda sacar sus emociones y pueda quedarse más tranquila…

En nuestra zona l@s niñ@s que van a la escuela grande lo hacen en autobús, y yo me pregunto, ¿de verdad que una niña que todavía no ha cumplido los dos años se va a subir a ese autobús? Ese autobús que mirado desde su punto de vista es una bestia, rodeada de niños y niñas de hasta dieciséis años… ¿Quién le va a contar a su maestra porqué hoy no tiene un buen día? ¿Quién le va a poder entender en su dolor y su malestar? Se va a subir al autobús a las 8.40 horas y va a volver a casa a las 16.10 horas.

¿Nos decís de verdad que ése es un buen espacio para niños y niñas de estas edades? En nuestra escuela infantil somos una pequeña familia, todas conocemos a todas las familias y l@s niñ@s y lo sabemos casi todo de ell@s. ¿Pasará lo mismo en la escuela grande? Sobre todo, porque el contacto que nosotras tenemos a diario con las amas y los aitas desaparecerá…