No es el primer caso en el que este juez actúa en los márgenes de su misión profesional, pues la Justicia suiza ha rechazado su euroorden para extraditar a Marta Rovira. Este magistrado de la AN está empeñado en bloquear la Ley de Amnistía que el Gobierno de Sánchez está diseñando y está valiéndose de subterfugios para extraditar a Puigdemont a España por prófugo. 

Su protagonismo está provocando tal caos en la cúpula de la Justicia española, que los órganos jurisdiccionales de la UE no son capaces de forzar la renovación del CGPJ que lleva caducado 5 años y el Gobierno no logra imponer la ley y el régimen disciplinario, pues Sánchez y su ministro de Justicia están paralizados por falta de coraje, acosados por el obstruccionismo del PP que está utilizando a la Justicia para derribar el Gobierno legítimo, apoyado por los jueces estrella que imponen la línea de extrema derecha en la judicatura, bloqueando las iniciativas legislativas ante los tribunales con disculpas para imponer una política corporativista de defensa de la justicia heredada del franquismo. 

Pero la confesión del juez García-Castellón de mentir a sus colegas franceses provoca unas consecuencias que rebasan discrepancias en la interpretación de la legislación internacional y afectan a los principios de la justicia. El panorama está mostrando un grave descrédito en la cúpula de la Justicia española entre la ciudadanía y es urgente solucionarlo.