El amor, ese sentimiento maravilloso que nace desde lo más profundo de nuestro corazón. En cada etapa, en cada generación, en cada época hemos sido educados y educadas con referentes de un amor idealizado y la perfección con finales felices. La ciencia cierta que el amor todo lo puede y en situaciones extremas es cierto, el amor todo lo puede. El amor a aquellos seres de la creación que consideramos importantes e imprescindibles para nosotros y nosotras. La vida misma tiene dos caras, así como la moneda, el euro en este caso, las personas también tienen dos caras. 

Muchas veces las reacciones son por supervivencia, provocar una reacción en otra persona, otras veces la otra cara de la moneda es el sentimiento, la creencia, la realidad de la propia circunstancia. Entonces, discernir las dos caras de la moneda es complicado cuando forman un todo. Siempre se habla de dos caras, un plano bidimensional cuando en realidad es tridimensional. 

Si comenzamos a debatir sobre ciencia y creencias para algunas personas sería el alma y para otras personas el tiempo. Entonces existe el error, alma y tiempo están conectados porque el alma convivencia con el tiempo. Podríamos mencionar planos interconectados espacio tiempo y conexión con otras almas. La vida terrenal es el conocimiento, la tristeza surge de la incomprensión y la ignorancia, entonces la verdad puede ser reveladora cuando no existen riesgos para la propia vida y el propio alma de la persona o incorporaríamos la propia creación natural con una base científica o una base de creencias. Las pruebas evidentes son imperceptibles a la percepción humana, el mal y el bien una existencia con una procedencia basada en la incertidumbre.