Se cumplen cincuenta años del fallecimiento del gran actor y director Vittorio de Sica, padre junto a Roberto Rossellini y Luchino Visconti del neorrealismo italiano, movimiento que surgió tras la II Guerra Mundial y que, lejos de ofrecer un mundo de ensueño y feliz de las películas hollywoodenses, mostraba la crudeza de la situación política, social y económica del país. De Sica debutó en el cine en 1918 siendo un adolescente y fue galardonado con cuatro premios de la Academia de Hollywood.

El limpiabotas (19146), base del movimiento neorrealista, fue la primera película extranjera en recibir el Óscar que años después se llamaría Óscar a la mejor película en habla no inglesa, premio entonces honorífico y que se llevaría de nuevo con Ladrón de bicicletas (1948). Recogió otras dos estatuillas por Ayer, hoy y mañana (1964) y El jardín de los Finzi-Contini. Sin olvidar curiosidades como un centenar de bandas sonoras que compuso el propio de Sica. Sólo él consiguió hacer importantes en la gran pantalla las pequeñas cosas. Sólo él consiguió dar un sentido profundo a los asuntos y gestos más cotidianos.