Cuando tu abuelo pudo estar preso o hacer preso al vecino en el Fuerte de San Cristóbal, ¿cómo se te puede ocurrir darle fuego? Un penal que forma parte de la historia, de la historia que es verdad, de la época pasada. Un Fuerte que se llenaba de prisioneros de guerra, de una guerra fraticida, de una guerra que fue la vergüenza de las guerras.

Tu vecino estaba preso, su hermano formaba parte del pelotón de ejecución y le fusilaba en el patio. ¿Y tú vas y le das fuego? Los pirómanos son lo mismo que los asesinos de sus hermanos, pegar, dar fuego a un campo a una casa, a un Fuerte, es demencial.

Sufrir el encierro en un lugar como el Fuerte de San Cristóbal es demencial para el encerrado como para el carcelero, pero lo tuyo es igual. Demente eres, no cabe duda. Pero, por favor, déjanos vivir en la libertad, no nos sometas a la cárcel del fuego, no mates a tu abuelo, que tú morirás con él.