Kaixo Josu, ¿qué tal estás? Espero que bien. La verdad es que se nota tu ausencia. No sabes la cantidad de gente que hubo en tu incineración. Allí se juntó media Txantrea y más gente conocida. Tres mozas bailaron un aurresku en tu honor, como debe ser. ¿Te acuerdas cuando tu padre regaba el campo que tenemos enfrente de nuestro portal? ¡Cómo gozaba! Y tu madre, Sole, ¡qué maja era! ¿Recuerdas también un partido de futbito que jugábais en Mª Ana Sanz que me tocaba arbitrar y me escribiste los nombre en el equipo contrario? ¡Por algo te llamaban “loco”! Pero un loco sano. También me viene a la memoria un día que te comenté que teníamos que hacer una fiesta de la avenida Corella, de tu calle txantreana, la haremos, ya verás. 

Por tu hijo Aitzol, no te preocupes, que lo cuidaremos bien para que los bilbaínos no se lo lleven y a tu familia también la cuidaremos. Estáte tranquilo. Siempre tendrás un hueco en nuestros corazones y las txantreanas y txantreanos siempre te recordaremos.

Agur Josu, gero arte, vecino!