Érase una vez una bruja malvada, un lobo feroz, una madrastra mala. Érase una vez un centro de salud con pediatras. En la no tan lejana zona de Peralta, Funes, Falces y Marcilla nos hemos quedado sin asistencia primaria para nuestros pequeños. Esos a los que por las noches contamos historias de brujas, ogros, lobos y madrastras. Historias con un final victorioso para los héroes que en este caso no parece llegar. No es la primera vez que enfrentamos esta situación, y si no hacemos nada no será la última.
¿Qué pasará si hay una urgencia? ¿Quién va a hacer la revisión a los niños de la zona? ¿Quién va a hacer los seguimientos a aquellos con enfermedades de larga duración o crónicas? Si pasa algo, ¿quién asumirá la responsabilidad? Imagino que como para solucionar el problema, en ese caso se lavarán las manos, se pasarán la pelota de uno a otro y este cuento se acabó. Basta ya, basta de vapulearnos, de jugar con nosotros y, sobre todo, de jugar con los niños. La infancia no se toca en ningún sentido. Es hora de que el gobierno, las administraciones, sanidad y los ayuntamientos de dichos pueblos hagan su trabajo, se preocupen por algo más que mantener sus puestos y sus votos y se centren en lo que deben. Queremos y exigimos un final feliz para nuestros héroes. Una asistencia sanitaria digna para nuestros pequeños.