Una noticia aparecida en la prensa, a la que por obvia no se le presta atención, muestra la basura que acumula la maquinaria judicial del Estado. Una sentencia ha tenido en prisión cerca de dos años a un ciudadano que un recurso ha reconocido inocente y dado la razón. Ha pedido ser indemnizado por los perjuicios ocasionados. La noticia dice que será a cargo del Estado. 

A pesar de que es imposible compensar los daños morales que se infligen a un ciudadano, al que los jueces se limitan a decretar su libertad sin dignarse pedir perdón ante la ofensa del juez que se lava las manos y continúan con sus rutinas judiciales emitiendo sentencias, pues sabe que la indemnización se ejecuta con fondos públicos. Porque es muy cómodo decidir sobre la vida y milagros de un ser humano y si se equivoca, no incurre en responsabilidades, cuando lo lógico sería que quien comete una irregularidad judicial debería cargar con las consecuencias y la indemnización debería recaer sobre el patrimonio de quien es el autor, aunque, como antes se señala, el daño moral por los dos años de prisión no puedan compensárselos y el juez responsable se sienta en paz con su conciencia porque sabe que el perjuicio ocasionado queda sin efecto con la indemnización que proviene de todos, que realmente no es nadie, es la colectividad. A ver quién se atreve a denunciarle ante los tribunales en demanda de justicia restaurativa y que tenga efectos reparadores a cargo del patrimonio del juez responsable. Conviene que lean el Libro de los jueces.