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Todos somos iguales, no solo los políticos

Todos somos iguales, no solo los políticosEUROPA PRESS

En asuntos de corrupción y “mordidas” es habitual oír esa frase de “todos los políticos son iguales”, y a mi parecer sería más real decir “todas las personas somos iguales”. Porque, vamos a ver, pongamos que te ofrecen 100.000 euros y, aunque sabes que provienen de un asunto un tanto turbio, ¿tu qué harías?

Una de las tareas de los puestos públicos es el de gestionar un presupuesto. Dinero, mucho dinero. Tentación, mucha tentación. ¿Qué haríamos tu y yo? ¿Seríamos capaces de resistirnos a rechazar ofertas jugosisímas que nos vayan llegando insistentemente una y otra vez?

El de la corrupción es un problema antiguo y general. El PP es el campeón de la corrupción y el PSOE parece que quiere seguir sus pasos. El PNV no se ha librado de alguna escaramuza, y aunque del resto de partidos no hemos oído nada, probablemente sea porque todavía no han “tocado” mucho poder. Con esto quiero decir que en cualquier partido puede haber personas que, ante la ocasión, se aprovechen de ello.

Pero el que todas las personas seamos iguales no quiere decir que todos los partidos políticos sean iguales, y creo que ahí es donde deberíamos de poner el foco: asumiendo que en cualquier partido pueden surgir casos de corrupción, es importante diferenciar lo que puede ofrecer un partido u otro una vez en el poder, porque eso sí que va a afectar a nuestra vida.

dos conservadores harán una política conservadora: recaudarán menos impuestos, pero en contrapartida harán recortes de gastos en sanidad, educación, atención a la dependencia y en otros aspectos sociales (puerta abierta a la privatización). Partidos con orientación de izquierdas presupuestarán mas para gastos sociales, ayudas a la dependencia, a familias con hijos e hijas, emancipación de los jóvenes, promocionarán vivienda asequible, becas a estudios o cultura…

En cuestión de libertades y derechos, los partidos conservadores serán reacios a los cambios y tratarán de mantener el “status” tradicional, mientras que las señas de identidad de la izquierda son la igualdad, la solidaridad y la tolerancia.

Resumiendo, mientras no se pongan en marcha mecanismos de control, allá donde se mueve tantísimo dinero siempre habrá personas que caigan en la tentación (sean del partido que sean), pero ¡ojo! las políticas que ponga en marcha un partido u otro serán muy diferentes.

Nos tapamos la nariz ante la corrupción, pero abramos los ojos ante la opción política que vayamos a elegir, porque eso sí que va a condicionar nuestro futuro.