En la madrugada del día 10 de agosto, se desató un desgraciado y cruel incendio, que calcinó por completo la nave agrícola de mis padres. Ellos han perdido su sustento y el esfuerzo de toda una vida. Las pérdidas económicas han sido muy elevadas, por todos los vehículos y material agrícola que dicha nave contenía. Aunque la magnitud de lo ocurrido ha hecho que tanto las administraciones públicas como los seguros pertinentes se hayan desentendido, no quiero dejar que este hecho opaque lo que también merece ser reconocido: la ayuda y el apoyo que sí llegaron. Por eso, quiero tomarme un tiempo para agradecer enormemente a los sanitarios que atendieron a mis padres, a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado por involucrarse en el caso. 

De la misma manera, quiero mostrar mi afecto a los bomberos de Calahorra, Arnedo y Logroño que, en colaboración con todo el pueblo de las Ventas del Baño, ayudaron a extinguir el incendio. Tampoco quiero olvidarme de todos los que nos han dado muestras de cariño y apoyo en estos días tan complicados. Muchas gracias de corazón.