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Un juicio donde todas están y nadie se ve

El acusado apareció desde la habitación de un hotel en Ibiza, el fiscal en su despacho...

Un juicio donde todas están y nadie se veArchivo

En una sala de vistas prácticamente vacía se celebró recientemente un juicio que refleja los nuevos tiempos de la Justicia digital. Solo un abogado compareció de manera presencial, con toga y puntualidad, mientras el resto de los protagonistas optó por la conexión remota.

El acusado apareció desde la habitación de un hotel en Ibiza, con una naturalidad que hacía pensar más en una videollamada turística que en un procedimiento judicial. El fiscal, por su parte, intervino desde la tranquilidad de su despacho. La jueza fue la más enigmática: solo se escuchó su voz, sin rostro ni localización identificable, como si dictara desde un espacio virtual sin coordenadas.

A pesar de lo insólito, la vista se desarrolló con normalidad: hubo conformidad entre las partes, se dictó sentencia y se declaró firmeza en el acto. La solemnidad clásica, con estrados y mazo, fue sustituida por pantallas, micrófonos y un silencio extraño en la sala.

Este episodio abre una reflexión: la digitalización ofrece inmediatez y eficiencia, pero también plantea un riesgo de despersonalización. La Justicia no solo es dictar resoluciones, también es un acto simbólico, cargado de formas que refuerzan su autoridad. Si se diluye la presencia física de quienes la representan, ¿no se debilita también esa percepción de solemnidad?

Quizá el desafío no sea elegir entre lo digital y lo presencial, sino encontrar un equilibrio. La tecnología es un instrumento valioso, capaz de agilizar procesos y evitar desplazamientos innecesarios, pero convendría no olvidar que la Justicia también debe sentirse cercana, visible y humana. Un acusado declarando desde un hotel puede parecer pintoresco; una jueza sin rostro, en cambio, puede dejar en el aire cierta sensación de irrealidad.

En definitiva, el futuro judicial debería conjugar eficacia con solemnidad, modernidad con dignidad. Porque la Justicia puede estar en línea, pero nunca debería convertirse en un simple eco en la nube.

* Funcionario de la Administración de Justicia jubilado