Quisiera agradecer públicamente al Ayuntamiento de Pamplona por su impecable labor en el mantenimiento de la señalización viaria. El pasado 27 de octubre, aparqué mi coche en la calle Sandoval, en una zona de carga y descarga. Las señales horizontales estaban tan desgastadas que parecían un recuerdo del pasado, y la señal vertical, eso sí, perfectamente oculta tras el ramaje de un árbol que parece disfrutar de total libertad. Para completar la experiencia, era ya de noche, lo que hacía la visibilidad aún menor. Para distinguir la señal hubiera hecho falta visión nocturna o algún superpoder.
El resultado de esta lección de civismo ha sido magnífico: 200 euros de multa y 100 euros en tasas de grúa. Una inversión que, confío, se destinará a mejorar el mantenimiento de las señales de tráfico, para que nadie más tenga que contribuir involuntariamente a las arcas municipales por culpa de su mala conservación. Aunque, visto lo eficaz que resulta este sistema para recaudar, quizá sea más rentable dejar los árboles crecer y las señales borrarse, ¡un modelo de negocio digno de estudio!
Invito al Ayuntamiento a que me contacte y reconsidere la aplicación de esta sanción (boletín de infracción 25007947 6) porque estoy segura de que el objetivo no es recaudar, sino garantizar una ciudad amable, segura y considerada con todas las partes.
Gracias de nuevo por velar por la seguridad y la claridad en nuestras calles. ¡Así da gusto circular!
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