La reciente funcionalidad de Instagram que permite compartir la ubicación en tiempo real con los seguidores abre un importante debate. Por un lado, puede ser útil para coordinar encuentros o descubrir eventos cercanos y para fortalecer la comunidad entre amigos. Sin embargo, cabe destacar que también conlleva evidentes riesgos: supone una pérdida de privacidad y aumenta el riesgo de acoso o seguimiento, dejando especialmente vulnerables a los más jóvenes.

Es por ello que defiendo que es fundamental que plataformas como Instagram acompañen estas herramientas con opciones de control claras y avisos sobre los riesgos asociados a la exposición de la vida privada. La tecnología avanza rápido, pero nuestra seguridad y autonomía no deben ser olvidadas ni quedar en un segundo plano.