En una reciente campaña del Ministerio de Igualdad aparecía, entre otros similares, el slogan: “Tener huevos es también ir tú a comprarlos”.
En mi ya larga vida, nunca se me ha ocurrido pensar que el ir a comprar huevos tenía nada que ver con tenerlos o no tenerlos. No me parece que es un hecho épico que requiera el realce de los atributos masculinos por antonomasia. Sin embargo, al Ministerio de Igualdad le parece muy aparente el tema y ha montado, con la boca pequeña, una campaña nacional “por una masculinidad más libre, más diversa, y más feminista” con unos slogans de muy mal gusto, muy poco acertados, vomitivos. Con la que está cayendo, es insultante. ¿Por qué no mandan a comprar huevos a esos machos bien bragados, de las altas esferas políticas: violentos, puteros, maltratadores, corruptos, indignos del puesto que ocupan, que avergüenzan y denigran al ser humano? De paso podrían también mandar a comprar huevos a la persona que ha dado el visto bueno a esa indigna y machista campaña, pagada con nuestros impuestos. Les sobran huevos y les falta dignidad.
Que vayan a comprar huevos, una tarea digna y encomiable. Además, como les sobrará tiempo, si dejan de hacer el cafre, que hagan un curso intensivo de dignidad humana y respeto a sí mismos y las demás personas, sobre todo, a las que no tenemos huevos, ni falta que nos hace.