EL viernes pasado supimos que el Gobierno de Navarra, por resolución del director general de Comunicación, ha transformado en licencias con vigencia para 15 años las actuales concesiones administrativas de veinte emisoras de radio y tres cadenas de televisión digital terrestre. Dice el Gobierno que, de este modo, da cumplimiento a lo previsto en la nueva ley General de la Comunicación Audiovisual, aprobada por el Congreso a finales de marzo.

El tema, sin embargo, va más allá de "una mera cuestión administrativa que consiste en renovar mecánicamente la licencia a todas las que estaban" como nos quiso hacer creer Joaquín Ortigosa, el habilidoso director general de Comunicación. De hecho, no hay que olvidar que dos de estas concesiones administrativas, la de Net 21 y la de Radio Universidad de Navarra, están en una situación más que especial desde que el Tribunal Superior de Justicia de Navarra anulara, por segunda vez, su adjudicación el pasado mes de febrero por irregularidades en el concurso. El Gobierno recurrió el fallo y todavía no hay contestación, con lo que tampoco hay concesión definitiva. Y no termina ahí el asunto, porque la emisora Net 21 ya ni emite. Fue a pique y cedió su sitio en el dial, no sabemos a cambio de qué, a Radio Marca hace dos años. Así que esta última, sin haberse presentado ni a concurso, disfruta de la licencia tan ricamente.

Mientras UPN blinda las licencias digitales de estas emisoras frente a posibles ataques, (¿incluidos los de los jueces?) la única emisora que emite en euskera en la Comarca de Pamplona parece condenada de por vida a una surrealista situación de irregularidad involuntaria. Euskalerria Irratia continúa a sus 23 años sin licencia, hipotecada hasta las ondas para pagar multas y gastos de procesos judiciales y, desde hace año y medio, sin poder utilizar su antena del Perdón, todo por empeñarse en ser legal. Y encima algunos le llaman pirata. ¡Estamos hasta los megahercios!