Cuando hablamos de dieta, a la mayoría nos viene a la mente la reorganización alimentaria, por llamarla de alguna manera, que, seguramente, deberíamos hacer después de la Navidad. Para otros, sin embargo, este vocablo suena a música celestial porque hace referencia a los estipendios que reciben por el tiempo dedicado a ejecutar algunas comisiones o encargos, al margen de lo que ya cobran en su nómina correspondiente.
Recientemente hemos sabido que, gracias a la reestructuración de las empresas públicas, el Gobierno de Navarra ahorrará 28 millones de euros. Esta reorganización conlleva una reducción del número de consejos de administración, lo cual nos supondrá un ahorro de 600.000 euros en las dietas de los altos cargos. Eso de aquí en adelante, y en lo que se refiere al pasado ¡que les quiten lo cobrao!
Por otro lado se ha publicado que las dietas que perciben los miembros del Consejo de Administración de Caja Navarra alcanzaron en 2009 la cifra récord de 216.910 euros y dicen que esta cantidad podría verse superada este año por el mayor número de reuniones que ha habido en torno a la creación de la Banca Cívica. Pero, por lo visto, también cobran dietas otros muchos, como los miembros de la Junta de Entidades Fundadoras, nuevo organismo que acoge a los políticos que abandonan los diferentes órganos de Gobierno de Caja Navarra. ¿Cuánto? Ni idea. Y tampoco sabemos cuánto se embolsan algunos y algunas por las reuniones de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona, de la Federación de Municipios y Consejos, de Mercairuña, de los ayuntamientos, del Parlamento?
Todo esto se mantiene en secreto. Da la sensación de que intentan ocultar esta información como cuando en el No-Do de Franco no se mostraban los banquetes que seguían a las inauguraciones de pantanos para que el pueblo llano, muerto de hambre, no sufriera y, por supuesto, no se rebelase.
¿Se anima alguien a hacer una especie de lista Forbes foral de dietas? ¡Feliz año!