Las piedras de Sarasate
¿Se han fijado en que las piedras de los nuevos jardincillos del paseo de Sarasate están pegadas? Según la nota oficial del Ayuntamiento son "gravas en tonos rojizos y tostados aglutinadas mediante resinas". Las obras de remodelación del paseo, que en estos tiempos de crisis acuciante sólo nos han costado 399.136,30 euros, tienen como resultado estos nuevos parterres elevados que combinan las zonas verdes y las gravas de colores, todo ello rodeado por acero corten. Todo muy moderno, como si de un jardín privado de Gorraiz o de un hotel de cinco estrellas se tratara. Pero no deja de ser una especie de decorado en el que no se mueve, como se puede comprobar, ni una piedra.
Se podría decir que es puro estilo Barciniano: una imagen muy estudiada, muy cuidada, pero sin calor humano. En estos doce años en los que Yolanda Barcina ha sido alcaldesa, ha quedado manifiestamente claro su interés por hacer una ciudad impoluta, limpia de lugares y edificios feos y de ciudadanos protestones, molestos para la gente de bien, que es la que le vota. Ha gobernado en tiempos de bonanza económica, pero lejos de aportar nuevas ideas en lo fundamental, se ha limitado a continuar con un desarrollo urbanístico que venía de años atrás. Sus principales decisiones han sido temas puntuales, proyectos "ilusionantes", que en demasiadas ocasiones han sido fuente de críticas, malestar y división en la ciudadanía.
Sus asesores saben perfectamente cuál es el punto débil de la candidata a la presidencia y por ello la envían a las fiestas de los pueblos, a los cumpleaños de centenarias-os, a bailar batucada al civivox Milagrosa? y nos la presentan en la nueva campaña como una persona que escucha, que se interesa por sus conciudadanos. Pura pose electoral.
Que se preparen los gatos de Arantzadi que sestean en los setos de la huerta de Beroiz, porque si seguimos así, tal vez pronto sean sustituidos por unos preciosas figuritas de diseño, no de los chinos, por supuesto, y hechas de algún material irrompible.