Galletas

ALVARO, Miguelín, Enriquito y Yolanda: ¡al rincón de pensar! ¿Cómo que qué habéis hecho? Pues está bastante claro que os estáis comiendo todas las galletas de la caja, ¿no? ¡Si la habéis dejado temblando! No me podéis decir que no porque esta vez Ibaitxu os ha pillado in fraganti llenándoos los bolsillos esos que tenéis escondidos en las batas. Además, por si fuera poco, lleváis meses comiéndoles el bocadillo a los otros niños en el recreo con la excusa de que hay que compartir.

Sí Álvaro, ya sé que meterle mano a la caja es lo normal y lo habitual y que siempre ha sido así, y que los chicos mayores siempre lo han hecho y que el que más chifla capador, pero eso no quiere decir que esté bien. No es correcto y punto. No me vengas con milongas. Pero bueno, además ¿no estáis todos haciendo la catequesis? ¿Y no os ha dicho el sacerdote que eso es inmoral? ¡Si es que solo oís lo que os interesa!

¡Ay, Enriquito!, ¿tú también? Yo que creía que con esa cara de buenazo ibas a ser diferente, pero ya veo yo que a ti también te va eso de que el que parte y reparte se lleva la mejor parte. No, no me digas que es complicado dejarlo, porque si quieres puedes y además, ¿qué cuerno? si sois vosotros los que estáis todo el día inventándoos las normas y los que decidís lo que se hace y lo que no en esta clase y cómo se juega al Monopoly y al parchís y a la oca y de oca a oca me forro porque me toca. Estoy harta de que os llevéis las fichas de las construcciones para hacer solo lo que a vosotros os da la gana con los amigotes y que os hayáis apropiado del Scalextric para montar vuestro propio circuito de alta velocidad.

¿Pero cómo que las galletas son vuestras dietas por venir a clase? A la escuela se viene porque se tiene que venir y punto y a dieta os ponía yo, pero a pan y agua, que os estáis comportando como unos cuatreros.

¡Así no vais a ser nada en la vida! ¡No vais a progresar ni tener un futuro brillante en nuestra sociedad! Pero ¿por qué os reís?