A la tercera va la vencida
El lunes que viene se cumplirán 23 años de la emisión del primer programa de Euskalerria Irratia. Desde entonces, la emisora pamplonesa ha lanzado al aire miles de millones de ondas hertzianas cargadas con otros tantos millones de noticias, canciones, confesiones, dudas, reconciliaciones, recuerdos, risas y lágrimas, sueños, penas, cuentos, poemas? Toda esa materia intangible que es de la que estamos rellenos los seres humanos.
23 años en el aire, emitiendo cada día, y en el aire porque carece de permiso oficial para poder hacerlo. El Gobierno de Navarra, competente en la materia, la dejó al margen en el reparto de dos licencias que llevó a cabo en 1990 y volvió a hacer lo mismo quince años después. También fueron dos las licencias que adjudicaron en 2005. Entonces Euskalerria Irratia quedó relegada al tercer puesto en un proceso muy raro, muy turbio. De hecho, hasta el Tribunal Superior de Justicia de Navarra anuló las concesiones y ordenó hacer de nuevo la valoración de los proyectos presentados. Pero no cambió nada. Todo quedó igual.
Anuncia ahora el gobierno de UPN que va a organizar un nuevo concurso para la adjudicación de otras dos nuevas licencias para la comarca de Pamplona. Esperemos que no vuelva a pasar lo mismo una tercera vez y que esta cuestión no se convierta en algo parecido al Día de la Marmota en versión foral.
Sería fantástico que en esta ocasión los criterios de valoración de los proyectos fuesen iguales para todos, que los que deciden se fijasen en la oferta comunicativa de las empresas que se presentan, en la viabilidad económica de los proyectos, en la capacidad de las y los profesionales que integran sus plantillas, en su capacidad de contribuir a crear una sociedad más libre, más plural, más culta y, en consecuencia, más feliz. Que no le regalen nada a nadie por ser quien es, pero que tampoco se lo nieguen por ese motivo y que después sean las y los oyentes quienes decidan qué emisora es la que quieren escuchar.