Con un sorbito de?¿agua nueva?
me imagino que en Urdiain (Sakana) poca gente verá las doce campanadas por la tele, haciendo zapping de un canal a otro para ver qué famosetes de turno se esmeran en explicarnos una y otra vez que no hay que liarse con los cuartos y empezar a comer uvas como desesperados antes de tiempo. En algunos lugares, afortunadamente, tienen costumbres más interesantes que la de mirar la tele. En Urdiain, por ejemplo, conservan el rito del agua nueva, o Ur berria: a medianoche acuden a la fuente del pueblo y cogen en jarras el agua que después ofrecerán a las autoridades y a sus convecinos. Esta costumbre parece que estuvo a punto a de desaparecer, pero gracias a la labor de recuperación del sacerdote y etnógrafo José María Satrustegi, párroco de la localidad durante treinta y un años, se consiguió volver a popularizar. También se recuperaron las coplas que se cantaban esa noche, seguramente, de casa en casa.
Es curioso, pero hace poco Keiko Suzuki, una profesora japonesa afincada en Pamplona, me comentaba en una entrevista para la revista Argia, que en Japón existe también esta tradición de recoger de la fuente y beber el agua joven, como le llaman allí, en la última noche del año. Dos mundos diferentes, lejanos entre sí, dos culturas que aparentemente no tienen nada que ver, pero que aún hoy en día tienen sorprendentes puntos en común. Otro ejemplo que me comentó Keiko: aquí cuando luce el sol y llueve a la vez, en euskera se dice que son azerien ezkontzak o bodak (bodas de zorros). En Japón se emplea la misma expresión. Curioso ¿no?
Sin duda es enriquecedor pararse a escuchar a los que vienen de fuera, como también lo es salir, viajar y preguntar. Pero no debemos olvidar que, de la misma manera, es fundamental conocer lo que tenemos en casa, porque lo realmente interesante es enriquecerse recibiendo lo que te dan los demás, al tiempo que tú aportas al mundo algo propio tuyo.
Os deseo un feliz año, lleno de trueques de este tipo.