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Las tortuguitas y el euskera

UNA simpática tortuguita es la mascota que ilustra la campaña de apoyo a la matriculación en euskera que han organizado un buen número de ayuntamientos y otras entidades locales navarras.

Dicen que la han elegido porque posee las cualidades de la estabilidad, la constancia, la seguridad, la experiencia, la relación con el hogar, la tranquilidad?

Yo añadiría también que, frente a lo que muchos piensan, la tortuga tiene la capacidad de darse la vuelta cuando se ha quedado patas arriba. Esto es también, de alguna manera, lo que está ocurriendo con el euskera en Navarra durante estas últimas décadas.

En lo que se refiere a las cifras de matriculación en esta lengua, quizá estemos lejos de alcanzar el tamaño de aquella tortuga llamada Laúd, un ejemplar que llegó a pesar la friolera de 752 kilos, pero vamos creciendo. En Educación Infantil casi un tercio de todas y todos los matriculados en la Comunidad Foral para este curso, optaron por el modelo D. En febrero del año pasado hubo 1400 preinscripciones en la red pública y 540 en las ikastolas de la red concertada, un 10% más que en el año anterior.

Poco a poco, pasito a pasito, una buena parte de la sociedad navarra se va decantando hacia una educación multilingüe, basada en el respeto y el conocimiento de lo propio y lo cercano que, sin duda, nos hace más fácil el respeto y el conocimiento de lo ajeno.

Pero en este camino no faltan las dificultades, las zancadillas legales basadas en la zonificación lingüística, las penurias económicas como en el caso de la Ikastola de Lodosa-Sartaguda? Las tortugas también lloran para expulsar la sal que les entra en los ojos cuando nadan en el mar para alcanzar su destino.

Son bonitos y un tanto poéticos estos paralelismos con las tortugas. Lo que me preocupa es saber que algunas de ellas pueden vivir hasta más de un año sin ingerir ningún tipo de alimento. Por favor, que no se entere Iribas de esto.