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Jaque al rey

Un juez ha condenado a pagar una multa de 900 euros a cada uno de los tres componentes del grupo punk rock Ardor de Estómago por un delito de injurias contra la Corona porque en una de sus canciones "se insulta al rey Juan Carlos una veintena de veces". Hace 30 años, el director de la revista Punto y Hora de Euskal Herria fue encarcelado durante un año también por injurias. Arnaldo Otegi fue condenado en 2005 a un año de prisión por el mismo delito, aunque luego la sentencia quedó suspendida y además tuvieron que pagarle 20.000 euros en concepto de daños morales. La lista es larga: los dibujantes de El Jueves multados con 3.000 euros por un dibujo de Felipe y Letizia haciendo méritos para conseguir el cheque-bebé, las viñetas censuradas de Deia y Gara sobre la cacería en Rusia de un oso al que previamente, dicen, habían emborrachado o las multas por la quema de retratos de la familia real? (De todas formas, nada comparable con los diez años de prisión que piden para uno de los implicados en el tartazo de Barcina, dicho sea de paso).

Toda esta crítica se ve ahora amplificada hasta el infinito a través de Internet y las redes sociales. Cientos, miles de mensajes aireados a través de Facebook y Twitter nos muestran de manera divertida, muchas veces, a esta familia desestructurada, poco ejemplar e inmersa en plena campaña de autodesprestigio. Que si el rey se ha roto la cadera de tanto apretarse el cinturón, que si ha sido un accidente laboral cazando elefantes por España, que si su cadera vale más que tu casa, que si está liado con una princesa alemana, que si ha sido una semana negra para España, porque la bolsa y el rey se desploman mientras su nieto y la prima de riesgo se disparan, etc,etc. ¿Y quién puede decir ahora qué es injuria y qué no? El rey está siendo cazado, atrapado en las redes, como las palomas de Etxalar. La monarquía está siendo ya cuestionada muy seriamente en España y las redes sociales tienen mucho que decir en este jaque al rey.