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Paseando ángeles

Le debía a un buen amigo un comentario sobre lo peregrino de sacar a pasear una figurilla de un santo inexistente y con alas, con gran devoción por parte de las autoridades públicas y con la pretensión de traer lluvias en pleno abril. Si hace unos meses volvíamos a escuchar lo de la marmota Phil y una predicción meteorológica estúpida, esta no lo es menos, y para colmo con un aval institucional ciertamente desconcertante en el siglo XXI. Porque si hay intervención divina o santísima en las cosas de aquí abajo, uno debería preguntarse si le van a quitar el carnet a San Francisco Javier por eso que está sufriendo el Osasuna, por poner un paradójico y cercano atavismo.

Recuerdo que cuando el diputado Jon Iñarritu preguntó en el Congreso por las intervenciones en la política económica y social españolas de Santa Teresa o de vírgenes como la del Rocío, la del Pilar y tantas otras que son alcaldesas perpetuas, o patronas o responsables, a decir de ciertos cargos públicos, de las cosas buenas que nos pasan, la gente se lo tomaba a chufla. Pero ahí siguen, y la política sigue yendo bajo palio como en los buenos tiempos del dictador.

Ya puestos, quizá lo más adecuado era poder santificar pronto (la Iglesia sabe cómo hacerlo cuando hay dinero de por medio) a los grandes próceres de la economía popular española, que esos si que pueden realmente ser paseados y enaltecidos adecuadamente. Yo me haría muy devoto de la Pasión de San Rato, un poner, porque desde luego los desmanes que aquí sufrimos solo se pueden entender como parte de la santa desvergüenza o acaso por una providencia ciertamente inefable a la razón y al intelecto. Verdades de fe, que les dicen. Así que si no llueve, la culpa no será del santo ángel sino que no faltó el óbolo a San Rodrigo. O lo mismo es cosa del maligno, es decir, de Venezuela, ya se sabe...