“La que vale, vale y la que no, para Letras”. Con estas palabras le espetó una monja a mi madre para hacerle entender que no podía esperar gran cosa de su hija como estudiante (o sea, como alumna de Ciencias). Dado que era perfectamente consciente de mis limitaciones, la frasecita no me importó pero nunca la he olvidado y me dejó claro desde bien cría que sacar buenas notas en Historia y Literatura no era gran cosa y que el futuro estaba destinado a quienes lograban sobresaliente en Matemáticas o Física.

Con los años, elegir Latín, Griego o Historia del Arte siguió convirtiéndonos a los de Letras en una franca y devaluada minoría. Hoy en día, este hecho es aún más notable y basta observar cualquier centro de Secundaria y los pocos alumnos que ocupan la clase de Humanidades frente a las variadas aulas de matriculados en Ciencias, muchos de ellos en busca de mejores oportunidades laborales.

Entre tanta triste realidad, la Sociedad de Estudios Clásicos ha organizado estos días en Pamplona unas jornadas para visibilizar y subrayar la actualidad de las materias que imparten y destacar que éstas son un ejercicio continuado de reflexión, atención y análisis en el que entra en juego el pensamiento lógico, analítico y creativo. Amén (así sea, en latín).