Un anillo naranja incandescente de polvo y gas sobre fondo oscuro. Ya sabemos qué aspecto tiene un agujero negro. El miércoles lo congeló en una imagen por primera vez en la historia una red de ocho radiotelescopios que rodea la Tierra. Se encuentra a 55 millones de años luz de nosotros, en el corazón de la galaxia Messier 87. Una aspiradora de poder incontestable de la que no puede escapar ni la materia ni la luz. Los astrónomos trasladarán lo que aporta al funcionamiento del espacio y los demás lo descubriremos en vídeos de resolución 8K, que es lo que ofrecen ya las nuevas pantallas, prácticamente atravesarlas y entrar en esa realidad paralela. Acaba de celebrarse una feria internacional de formatos de TV en Cannes, que viene a ser un zoco un poco claustrofóbico repleto de pantallas, estands y sobreestímulos visuales, como un Tokyo en miniatura, en el que productoras que se inventan programas entran en contacto con distribuidoras internacionales que pueden venderlos a otras empresas y cadenas. Es una ventana a las tendencias que conviven ahora en televisión, qué programas de entretenimiento, divulgación, concursos, citas, retos de superación, coaching? consume la audiencia mundial. Ejemplo, madres de hijos preadolescentes que, preocupadas por su posible visionado de porno on line, deciden conocer esa realidad rodando ellas mismas una película del género. Conclusiones, todo está inventado, la clave es encontrar el giro que lo haga diferente. Este sector da de comer a muchísima gente. Los gigantes mueven unos presupuestos absolutamente brutales. Una hora semanal de un programa de cadenas muy potentes puede costar 900.000 euros. Una vez emitido y pagados sueldos, platós y demás miles de costes toda esa energía se desintegra como absorbida por un agujero negro.