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Cosa de hombres

en 1949, hace ahora 70 años, el Ayuntamiento de Pamplona creó el grupo municipal de danzaris, que bailó por primera vez el día de San Saturnino. Medio siglo después, en 1999, las mujeres de este grupo comenzaron a participar en los actos oficiales. Fueron quince chicas jóvenes las que salieron ese año en la procesión de San Fermín con sus compañeros chicos. Dos de ellas y otras ocho danzaris de otros grupos recibirán, en nombre de todas las demás, el premio Festa que otorga la peña Los de Bronce con el fin de reivindicar el papel de la mujer en el espacio festivo como protagonista y no como ser secundario dedicado a la preparación de almuercicos y meriendicas para los mozos y al lavado de ropa blanca para toda la familia.

Durante mucho tiempo se ha repetido como un mantra que las danzas rituales y tradicionales siempre han sido cosa de hombres. Sin embargo, las investigaciones de estos últimos años realizadas por expertos como el antropólogo Oier Araolaza, revelan lo contrario: las mujeres han participado desde siempre en este tipo de actos hasta que en los siglos XVII y XVIII se establecieron leyes que lo prohibieron. Como explica Araolaza, a finales del XIX y principios del XX la estrategia cambió y se pasó de la prohibición a la negación. Comenzaron a decir que la mujer no había bailado nunca, que eso no era tradicional, al tiempo que empezaban a crear una serie de pasos, coreografías y trajes especiales para ellas, acordes con su “feminidad”, para terminar de apartarlas de la escena principal.

De todo esto y mucho más se habla en el documental Pioneras IV que esta tarde a las 20:00 horas se estrena en la Filmoteca de Navarra. ¡Felicidades a las premiadas y buenas fiestas y buen verano a todas y todos!