Es la vieja historia de siempre: a todos nos gusta el fútbol de ataque y el jogo bonito, pero no solo es igual de lícito defender a ultranza –todos juntitos y coged piedras, que vienen–, sino que cuando se hace tan bien como lo hace Marruecos es fútbol con mayúsculas: en cinco partidos, un solo gol en contra... de Nayef Aguerd en propia puerta ante Canadá. Con victorias ante Bélgica, Canadá y Portugal y empates ante Croacia y España (es decir, ni un gol en contra ante cuatro equipos del Top 12 del ranking FIFA). Si a Italia le valió el catenaccio para brillar varias décadas, ¿por qué no lo van a hacer equipos como Marruecos o Japón? Y los quejicas, que ya se les comienza a oír, que se preocupen menos de criticar ese estilo y más de buscar un fútbol mejor para abrir esas latas.