El lunes salieron los datos del paro registrado y no hubo tuits de Sergio Sayas al respecto ni artículo de Javier Taberna diciendo que Navarra es “la última de la clase”, ya que el paro subió en Navarra en enero en 737 personas pero subió menos que la media y porque de toda la vida en enero sube el paro y fue la subida más baja desde que hay datos en 2002. Y porque en el interanual desde enero de 2018 el descenso es del 8,4% y en España del 5,4% y Navarra es la comunidad donde más ha bajado. Hay 33.579 personas paradas en Navarra y eso sigue siendo mucho, así que no hay nada que celebrar, nada, pero los datos son esos, por ahora: el paro en Navarra baja más que la media y baja donde más. Lo digo porque la semana pasada, al hilo de la Encuesta de Población Activa, que hablaba de una subida de 1.800 parados en el último trimestre de 2018 -el registro habla de 273 parados menos-, se iba a caer el mundo y la oposición y el politzburó de la derecha atacó sin piedad. Ayer, por ejemplo, leí que paro registrado y EPA “constituyen dos formas de medir el mismo fenómeno, a veces contradictorias”, lo cual no es así. La EPA es una encuesta y el paro registrado es verídico, la EPA muestra tendencias y el paro registrado la realidad más exacta. Les daré unos breves ejemplos de la “exactitud” de la EPA: en el 2º trimestre de 2015 el paro según la EPA bajó en Navarra un 19,8% respecto al 1º; en el 4º de 2016 bajó un 20% con respecto al 3º. En el 1º de 2018 subió un 8,7% respecto al 4º de 2017. Subidas y bajadas imposibles, irreales, fruto del escaso tamaño de la encuesta y del impacto que sobre eso pueden tener respuestas hacia un lado u otro. La EPA vale para mirar tendencias, no para hacer análisis reales serios, en lugares pequeños. En Soria, según la EPA, el paro bajó el 44% el pasado trimestre. No se puede hacer política -ni el gobierno ni la oposición- con datos así.