Supongo que habrá precedentes, porque todo es tan viejo en política que ya hay precedentes de todo, pero por estos pagos aún no conocíamos -que recuerde- la frase-promesa-amenaza “si volvemos a mandar nosotros lo volveremos a dejar como antes”. Esto no sucedió ni en Navarra ni en los ayuntamientos en todos los años precedentes, ni siquiera la oposición cuando estaba en ese lugar amenazaba con “cuando lleguemos a la alcaldía cambiaremos el nombre de esa calle”. Esto lo está haciendo UPN, Maya, en este caso, que ya ha avisado de que si él vuelve a dirigir la ciudad va a volver a denominar como del Ejército a la actual avenida Catalina de Foix y que, en segundo término, va a deshacer todo lo realizado en Pio XII. Es una cosa como muy infantil, en el fondo. O sin el como: muy infantil. Como esas peleas bobas domésticas casi de sketch en el que uno mueve una cosa de la casa y la otra parte la devuelve a su lugar original en idéntica posición y así a toda velocidad varias veces. Sinceramente, en cuatro años da para cambiar nombres a cientos de sitios. Y no se ha hecho. Y para deshacer cosas hechas -físicas, me refiero- a cientos también. Y tampoco se ha hecho. Han sido pocas y anunciar ahora por parte de UPN que si gobiernan devolverán ciertos temas a su estado anterior es síntoma, en primer lugar, de muy poca calidad democrática y, en segundo, de seguir apelando a razones emocionales muy básicas de la ciudadanía, ese hagamos lo que hagamos que sea lo contrario a lo que han hecho estos o el así ha sido toda la puta vida y a ver quién se creen estos para cambiarnos nuestra ciudad. No sé, da cierta lástima comprobar que incluso hasta gente a la que presuponías cierta altura y precisamente por haber sido alcalde cierto respeto a lo institucional apela a esa clase de decisiones, que suenan mucho a revancha y aún más a cómo te atreves a tocar lo que es mío.