sí, es completamente cierto que entre el 16 de diciembre y el 19 de enero apenas cayó una gota en Pamplona, ni desde el 3 de febrero al 7 de marzo, lo que son periodos larguísimos que dejaron todo bastante seco. Y que allá por febrero hubo 5 días de mayo, con temperaturas cercanas e incluso superiores a 20 grados, pero hace mucho ya de eso. Hace mucho, ya. Desde entonces ha llovido muy dignamente en abril y en mayo llevamos el mayo más lluvioso de la década. La cantidad de litros caídos ya está por encima de la media 1981-2018 y lo mismo sucede para el periodo noviembre-mayo. Los pantanos están altos y de hecho Eugi e Irabia han tenido que soltar agua varias veces porque iban a tope. ¿Podría de una puta vez, entonces, tener la amabilidad el responsable de todo esto de que nos entre una semanita a no mucho tardar en la que no estemos a 13 grados todo el día y con un viento criminal o por el contrario a 24 con un bochornazo horrible? Prefiero el bochornazo, en todo caso. Es que estamos a finales de mayo y veo la previsión mínimo hasta el 29 y sigue dando este tiempo islandés. Marzo y abril fueron fríos. Mayo va por ahora el segundo mayo más frío de la década, casi dos grados por debajo de la media. Luego a nada que tengas un septiembre pelao y un octubre ídem se te queda el tema de algo de calorcibiri en 3 puñeteros meses. Con suerte, claro. Me dicen, posiblemente con toda la razón, que el problema lo tengo yo y que lo que tendría que haber hecho es nacer en Canarias. Y estoy de acuerdo, cada año me cuesta más meterme en el túnel de noviembre y no salir hasta junio o julio, me agarro 10 o 12 resfriaos por temporada y este año hasta alergias, que nunca me habían molestado más allá de una semana. Canarias? Es una idea, por qué no. Imagino que es humano y compatible estar contento en el lugar en el que estás pero detestar su clima. ¡Y su latitud!