l que ideó las recomendaciones de autocuidados personales para paliar el contagio y la transmisión del coronavirus es un pedazo de cabrón: eviten tocarse boca, ojos y nariz. A ver, boca y ojos, bien, puedo. Lo de los ojos con la minga, lo de la boca me cuesta algo más porque soy de los que se chupa el dedo con la lengua para pasar las hojas del periódico, pero lo voy subsanando. Pero lo de la nariz, imposible. ¿Usted sabe qué nariz tengo yo? ¡Es imposible no tocármela, me choco contra ella a cada paso, soy todo nariz! Quiero decir, esto en País Vasco y Navarra, con las napias que gastamos, que mueves un brazo hacia delante para coger algo y te pegas en la porra, se lo podrían haber evitado o cuando menos ponerle un asterisco, tipo * En País Vasco y Navarra se recomienda que se plastifiquen las narices una temporada o que se hagan máscaras como las de los jugadores de la NBA cuando se parten el tabique. Y más ahora, que arranca la época de alergias y comienzan los picores por todas las partes del cuerpo, especialmente en la tocha. No sé, hay cosas muy complicadas. Como lo de las Fallas, oye, que ahí siguen, ni una palabra, previstas para ser celebradas entre el domingo 15 y el miércoles 18, mientras ya se han anunciado partidos a puerta cerrada en 1ª y 2ª División y en la inmensa mayoría de deportes, cierres de colegios y centros educativos en tres comunidades al menos y, a nivel general, tratar de evitar eventos con público. Es cierto que el pasado fin de semana hubo manifestaciones pero desde el lunes los volúmenes de afectados han crecido bastante y por tanto las decisiones tienen que ir ajustándose para ser más precavidos con la salud pública. Pero las Fallas, por ahora, ahí están, impertérritas. Un país con un par de narices. Y dos cojonazos oceánicos.

N. autor: a las 22.13 de ayer martes se supo que se cancelaban Las Fallas. Más vale muy tarde que nunca.