l asunto es que fueron a buscar a casa al viejo Casale y le acabaron convenciendo de que fuera al partido. El viejo Casale ya tenía más de 80 años, creo recordar, y andaba justo del corazón y de tantas cosas, pero al final acabo accediendo, tras muchos años sin ir al campo. Era El Partido y él era hincha de Rosario Central y aquel enfrentamiento contra los paisanos de Newell's Old Boys daba el pase a la final del Campeonato. Todo esto lo narra en un cuento maravilloso -19 de diciembre de 1971- Roberto Fontanarrosa, dibujante, humorista y escritor argentino. No sé si hay mensaje en el cuento, fascinante desde la primera línea, pero yo me quedé con la idea de que cada cual escoge en esta vida lo que considera importante y que es su responsabilidad exclusiva asumir los riesgos intrínsecos que conlleva estar vivo. Pienso en Casale y en los millones de mayores de 75 años metidos en casa, sin poder apenas estirar las piernas u olisquear la calle, asustados ante tanta saturación informativa, sin en muchos casos ese escape que pueda suponer internet, alejados de sus familias y también de las calles o de los campos que forman parte de su