l secretario general de UPN, Javier Esparza, colgó ayer en Twitter un tuit en el que además de un texto figuraba un vídeo del pleno del jueves donde detallaba los apartados numéricos de incidencia del covid en España en esta segunda ola en los que consideraba que Navarra estaba mal y que se tenían que mejorar. En el texto puso: ¿no podemos decirle al Gobierno que no lo está haciendo bien? Pienso que se le puede decir perfectamente: él, su formación, la prensa, los ciudadanos, todo aquel que considere que se han hecho y se hacen cosas mal y que habiendo cosas que se hacen medio bien hay margen de sobra para hacerlas mejor, en el campo de la pandemia que sea. El problema con UPN y con Navarra Suma es que, teniendo por supuesto derecho a la crítica y a incluso ser voraz, desde marzo no ha ofrecido apenas -más allá de los ineludibles y políticamente invendibles en sede parlamentaria- un solo gesto de ayuda, apoyo o comprensión para algo insólito en 100 años. Permaneció en general bastante callada en marzo y abril y poco a poco ha ido despertando al alzamiento de voz, pero sin tampoco ofrecer más alternativas al ya famoso Test, test, test, una frase que podemos firmar en la calle pero que para un partido político que aspira a gobernar y que tiene a casi 20 parlamentarios y decenas de asesores parece poca cosa o nada. Minutos antes de colgar ese tuit, Esparza había colgado otro, que borró rápido, reemplazándolo por el que les he comentado. El vídeo era el mismo, pero el texto era diferente: Solo en septiembre ha habido más de 8.142 contagios y 41 fallecidos. ¿Y no podemos denunciarlo? Se conoce que alguna mente pensó que mentar a los fallecidos concretos era de un pésimo gusto humano, político y social. Pero el tuit ahí estuvo unos minutos. Y la idea. Suelen decir que las primeras intenciones son las que cuentan y mejor reflejan a quien las pone en marcha.