inceramente, me parece muy grotesco esto de las comidas navideñas y las cenas, que si Madrid dice 6, que si aquí ya se verá, que si Ayuso dice 10, que si Feijoo plantea no contar a los niños... No sé, llevamos 8 meses y medio de pandemia, la economía de millones de personas se ha ido a la mierda, han muerto decenas de miles, cientos de miles van a tener alguna secuela física o psíquica, millones pasan o pasamos penas o culpas o malos tragos por culpa de esto y ¿aún nos parece importante si el 24 cenamos 6 u 8 o si el 25 comemos 3, es tan crucial hacerlo, no hay días en el año para juntarse y no tener que andar jugando a estas historias idiotas? Comprendo que para quien viva alejado de su familia, en Sidney por ejemplo, y a la que no ve hace 3 años, pues verles esté bien, pero es que el 90% del personal vemos aunque sea un rato a la familia cada dos por tres, hablamos por teléfono, quedamos en la calle, paseamos, etc, etc. ¿Es vital juntarse en sitio cerrado con la madre de 84 tacos el 24 por la noche o con el padre de 73 el 25 o con el suegro, hay alguna clase de necesidad real que se me escape? No sé, cada uno hará lo que crea y estará bien, pero esto de los límites, los topes, la gente a la que lees en las redes sociales y los imaginas estirando la cifra para que quepa mengano y zutana me parece en su conjunto casi una broma, una burla, irreal. Aquí llevamos 1.000 muertos -estimación de INE- más hasta el 9 de noviembre, un 20% más de muertes que otros años, dolor a mares, miles de empleos a la mierda o en el aire y ¿andamos con esto, cuando ya sabemos que muchísimos contagios se pasan en familia y entre colegas en lugares cerrados? Es patético, joder, me enerva que como sociedad no seamos capaces de aceptar algo así como Olvídense de cenas, comidas y gaitas o que las instituciones ni se lo planteen. Vamos a cruzar el invierno, joder, y luego ya nos juntaremos.