na de las situaciones que se van a producir con la vacunación en verano no es otra que la posible coincidencia de determinados grupos de edad con las fechas en las que la inmensa mayoría de los navarros y navarras en edad de trabajar se cogen vacaciones. En algunos casos, cada cual coge las vacaciones cuando considera, pero en otros muchos no es así, vienen casi marcadas por las empresas, con lo que muchas personas tienen unas fechas concretas y punto. El asunto es que ahora mismo, según sea la edad de cada uno de los 60 años para abajo -los mayores de 60 parece que estarán todos vacunados con doble dosis antes de julio, lo cual es un objetivo tan real como positivo-, perfectamente puede darse el caso de que las citas para cualquiera de las dosis a recibir caigan en mitad de las fechas vacacionales. Eso, sin duda, es un problema, puesto que quien no se vaya a mover de aquí o tenga idea de irse cerca pues no tendrá mayor inconveniente en acudir a su libre cita con la vacuna sin más perjuicio, pero a quien haya previsto marcharse algo más lejos y sean sus únicos días de salir de esta comunidad después de este año eterno le puede o bien reducir sus vacaciones a la mitad o directamente suponer tanto inconveniente entre regresar a Navarra y volver a irse que no le merezca la pena contratar nada y más si se tiene en cuenta que el aviso llegaría con no mucho margen temporal ni gran opción de abanico de fechas. Es algo que ya se está dando y que inquieta tanto a viajeros como a las agencias de viajes, otras de las grandes perjudicadas -y más olvidadas que la hostelería- con la pandemia: muchas dudas a la hora de contratar y todo el mundo mirando cancelaciones seguras. Haría bien Salud en establecer la opción de que, quien quiera y con viaje demostrado, pueda tener la opción de -no ya adelantar- poder retrasar su vacunación unos días o semanas dentro de su grupo de edad.