a UEFA prohibió a Alemania iluminar con los colores LGTBI el estadio en el que jugaba contra Hungría, alegando que iba a ser visto como un enfrentamiento político contra su rival, con un gobierno claramente homófobo. La reacción general fue de echarse las manos a la cabeza, pero tampoco hay que irse muy lejos porque por aquí todavía andamos criticando cuando se pintan bancos con estos colores o Correos lleva sus furgonetas con la imagen y miles de cosas más. Baste señalar que la derecha -nacional y foral- hace unos años se manifestaba en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo. El avance social siempre llega del mismo lado y la resistencia al avance, también. De hecho, la resistencia sigue. Es algo tan metido en nuestro valiente