l TAV llegará de Castejón a Campanas en 2026. Yo me juego un huevo y la yema del otro a que salgo mañana de Castejón un rato a pie y otro andando y pa 2023 estoy en Campanas. 2024 como tarde. El TAV, Tren de Alta Velocidad o TAP, Tren de Altas Prestaciones. O ya no sé cómo se llama. Llevo oyendo hablar del tren ése desde que tenía dientes de leche. Y no llega. Es más, al paso que vamos llegará el teletransporte antes de que el artefacto pueda conectar unos lugares con otros de una manera mínimamente práctica. Además, no sé para llevar qué. Porque ya saben ustedes que estamos en carestía de materias primas y esto solo es el principio. Para 2026 igual ya no quedan ni cerillas, hay que encender los hornillos chocando piedras y los que sean muy navarros un cojón contra otro. En 2026 -tengo mis fuentes en Internet- ya no sé si quedaremos -porque yo hasta el Tour del 2052 pienso estar- más o menos la mitad de la población, tras sucesivas pandemias y carestías de toda clase y condición, que harán innecesarias incluso las guerras: palmaremos de viruses y de accidentes provocados por errores tecnológicos. Así que no sé quién va a estar pa ir en 2026 de Castejón a Campanas. Pero, oye, aquí lo que se empieza hay que acabarlo, aunque no sepamos para qué. Tú sigue echando cemento y millones que para cuando se demuestre que no era ni útil ni rentable tú y yo estamos en el Valle de Josafat o más lejos. Llegas antes a Josafat a pata que en TAV, dicho sea de paso. No sé, tampoco quiero mirar la hemeroteca, me da pereza, pero promesas cronológicas y TAV son la misma cosa desde hace 30 años o más, así que no se sabe muy bien por qué clase de ensalmo se va a generar ahora confianza con este anuncio. Amén de que confianza, ¿para qué? Una por una a ver si algún grupo de trailrunners organiza la Castejón-Campanas y por lo menos le sacamos algo de ocio al asunto y unos trofeos.