levo cuatro días prácticamente sin salir de casa. Mi virus y yo estamos en plena pelea, pero tranquilos, le voy ganando. Lo mío es un catarro corriente con congestión nasal, dolor de cabeza y otros síntomas de poca importancia. Es lo que me confirmó el médico y menos mal, porque con tanto revuelo al primer estornudo es imposible evitar pensar que ya te has pillado el coronavirus. Lo de dedicarte a ver la vida a través de la pantallas es una sensación curiosa y la verdad es que encuentras reflexiones y perlas interesantes como estas que he pescado en Twitter, por ejemplo:

@aquehaydelomio4: "Después de ver el asalto a los supermercados de la sociedad occidental, seguro que ahora muchos entenderán mejor a la gente que tiene que salir de sus países por miedo. Si con una enfermedad de mortalidad baja hacen esto, en una guerra ¿que harían?".

@perrafemininja: "Recomendación de teletrabajo y a correr. Díselo a las kellys, las trabajadoras domésticas, las camareras, las cajeras, las reponedoras, las recepcionistas, las dependientas... las currelas que en definitiva no tienen puestos de mandos intermedios cuando menos".

@luisalisferrer: ABC: "Las Fallas de Valencia nunca se habían suspendido salvo en tres únicas excepciones desde 1886". Las Fallas nunca se habían suspendido, bueno, sí pero solo en tres excepciones, únicas, o sea, no únicas, fueron tres, no fue una única excepción, pero cada una fue única porque solo fue una, tres en total, pero nunca se habían suspendido, solamente esas tres.

@Ivanjode: "Mucho desabastecimiento pero el brócoli ni lo tocáis, cabrones".

@Rocigaot: "¡Pero llevaos más legumbres de bote y menos perecederos, coño, que es de primero de Apocalipsis!".

Y así pasamos el rato...