o soy de esas personas que leen mal los periódicos. Voy deprisa y muchas veces solo leo dos o tres palabras de los titulares y luego me invento el resto. Los relleno con ideas que ya he oído mil veces aquí y allá y que me vienen automáticamente a la mente. Pero no soy la única y los expertos en comunicación lo saben muy bien. Sobre todo los de derechas. Por eso cuando en una misma línea vemos euskera y oferta de empleo público, por ejemplo, muchos ya entienden directamente que para ser funcionario o sabes euskera, o te quedas en la calle. Y se ponen como se ponen, claro. Esta técnica de los mantras da muy buenos resultados. De hecho en los últimos años el número de personas que están en contra de la promoción del euskera ha crecido en toda Navarra, especialmente en la llamada Zona no Vascófona. Allí en cinco años, del 2011 al 2016, ha pasado de ser el 46.2% al 59.1%.

Pero lo más triste de todo esto es que los socialistas entran al trapo porque saben que dar varapalos al euskera les trae los votos de algunos desencantados de UPN. Hablan de ser fieles a la realidad sociolingüística, pero lo que no dicen es que la inmensa mayoría de los euskaldunes de Navarra vivimos hoy en día en la Comarca de Pamplona. Según los datos recogidos en 2018 en la Zona Vascófona viven 29.500 vascohablantes y 5.000 más que entienden la lengua y la usan en cierta medida. En la Zona Mixta los que hablamos, leemos, escribimos... somos 42.500 y 32.200 los que saben algo. Por otro lado ya sabemos todos también donde se centralizan los servicios de toda la Comunidad. Así pues, tratar a la Zona Mixta como si fuera un entorno ajeno al euskera es una doble falta de aceptación de la realidad sociolingüística actual. Y eso es pura voluntad política.