o lo que os quiero pedir este año es que el Ayuntamiento de Pamplona se aclare en cuestiones de movilidad y medioambiente. Por un lado organiza un montón de cosas interesantes a través del Servicio de Educación Ambiental, por ejemplo, para concienciar a la ciudadanía y por otro nos marea vivos con cosas como el sistema de bicicletas públicas o los cargadores para coches eléctricos.

La idea de las bicicletas eléctricas está muy bien para nuestra querida ciudad y sus cuestas, pero el sistema de pago es un robo. Es caro y además es contrario a la ley porque al facturar por tramos, cobra en muchas ocasiones minutos no disfrutados. Esto es lo que ocurría al principio con algunos aparcamientos de coches hasta que lo declararon ilegal. Después de tres semanas de servicio y un aluvión de críticas la empresa adjudicataria ha reculado anunciando que cambiará este sistema y que los primeros veinte minutos de uso serán gratuitos, aplicando criterios similares a los de otras ciudades. Y me pregunto yo: ¿y si no nos llegamos a quejar la empresa seguiría haciendo su negocio y el Ayuntamiento tan feliz?

Y algo parecido pasa con la forma de cobro de las recargas de coches eléctricos e híbridos. Los puntos de carga están casi siempre y casi todos vacíos. Es cierto que todavía hay pocos coches así, pero lo que podría ser una opción de carga mientras te mueves por la ciudad, se ve obstaculizada por el precio de la energía (más del doble de lo que pagas en casa con una tarifa nocturna, por ejemplo) y por la farragosa forma de pago que te cobra y después te devuelve dinero, pero siempre con un pago mínimo de tres euros, aunque estés sólo unos minutos.

No sé, Ayuntamiento. Di algo.