Sacar de paseo la soledad. La fase 0 de alivio progresivo del confinamiento o internado domiciliario forzoso el vocablo desescalada no aparece en el diccionario de la RAE permite el paseo "acompañado de una persona conviviente". Navarra presenta cerca de 70.000 personas residentes en hogares unifamiliares, según datos del Instituto Nacional de Estadística referidos a 2018.

El 45% (casi 31.000), mayores de 65 años. En su gran mayoría, mujeres viudas. Receta para mayores de 14 años: un paseo al día, con dos horarios posibles para diferentes tramos de edad, en un radio de un kilómetro del domicilio. Otra muestra más de insensibilidad institucional en el galimatías de órdenes, dudas y rectificaciones. Mucho se ha ponderado sobre el drama de la soledad en los casos de aislamiento domiciliario u hospitalario. Drama agudo en el momento de la muerte y de la despedida póstuma.

También se ha lamentado la crueldad "saludable" del distanciamiento social con los abuelos, privados del abrazo de nietos e hijos. Con el alivio de la comunicación telemática si la destreza tecnológica les adorna. Lamento hueco en los burócratas de la organización social. Las personas que viven solas han de pasear solas. Se trate de soledad por elección vital o por circunstancias vitales.

La soledad escogida o asumida no necesariamente supone renuncia al contacto social. Si dentro de ese círculo de esparcimiento humano de un kilómetro a la redonda del domicilio se puede coincidir por vecindad con un familiar, un amigo, un conocido, un saludado, ¿qué desaconseja un rato de paseo en paralelo, con sensación de compañía mutua y posible conversación? Siempre con respeto a la separación recomendada. #Yomequedoencasa y, cuando me conceden licencia para salir, saco la acreditación laboral, saco al perro, saco al menor, saco al anciano o al dependiente, saco el carro de la compra, saco a un conviviente y saco a mi soledad. La falta de conviviente, un inconveniente.