Tendencia de otoño: vuelven hombreras y pantalones acampanados. Moda de los ochenta. UPN siempre la tiene en su fondo de armario: la pretensión anexionista del nacionalismo vasco, el euskera, la ikurriña y la captación de ETB en Navarra. El senador regionalista senior Catalán y la senadora del PP Salanueva, que antes podía sintonizarse en UPN, pretendieron abortar en la Cámara Alta la prórroga del convenio para la difusión de la televisión pública vasca en la Comunidad Foral. Serial con muchos capítulos políticos y legales. Etapas de picaresca técnica y ciclos de acuerdo institucional. Los presidentes López y Sanz firmaron un protocolo de colaboración en 2009: "Los Ejecutivos vasco y navarro se comprometen a realizar las gestiones necesarias para que los programas de los canales 1 y 2 puedan ser difundidos a través de la TDT". Navarra autorizaba el soporte técnico y el Gobierno vasco garantizaba "respeto" a la realidad política, social e institucional, símbolos e identidad de Navarra. Otro acuerdo de colaboración fue suscrito en 2016 por Barkos y Urkullu. Desde septiembre de 2018, ETB-1 y ETB-2 se captan en toda Navarra. ETB-3 tiene pendiente la cobertura en Baztan-Bidasoa y Sakana. La derecha reitera su denuncia de una continua vulneración del respeto comprometido. Con recados a la presidenta Chivite: "Sumisa y obediente" por su deuda con los nacionalistas (Catalán), "ha puesto una alfombra roja a la propaganda del PNV en Navarra" (Salanueva). UPN participa del pecado original por su complicidad estratégica con el único lehendakari no nacionalista. Como negoció presupuestos forales con HB. En cuanto a la ikurriña, debiera recordar que Tomás Caballero, alcalde accidental durante unos meses, promovió su presencia en los mástiles del Ayuntamiento de Pamplona (26-03-1977). Exhibición conciliadora por el regreso del histórico nacionalista y ministro republicano Manuel de Irujo. A UPN le falla la sintonía fina con la historia.